LA FILOSOFÍA DE NIETZSCHE

 La filosofía de Nietzsche partió de la reevaluación favorable de las filosofías y artes griegas más antiguas, en contra del período clásico entendido como afirmación de la visión racional y, por ende, decadente. 


En particular, la tragedia griega fue interpretada por este autor como expresión del impulso vital o "momento dionisiaco", el cual se contraponía al apolíneo. Debido a esta distinción, veía a Sócrates como el padre de la filosofía que degradaba al hombre como tal a favor del conocimiento. 

Posteriormente, Nietzsche crítica los valores fundamentales de la sociedad (filosofía, cristianismo y democracia), llegando a la negación de cualquier principio trascendente y a la afirmación del libre arbitrio como destino del hombre, destino que deberá ser perseguido a través del ejercicio de la voluntad de poder y que conducirá al hombre a la condición de Übermensch. 


Varios años después, la ideología nazi se apodera del pensamiento del ilustre filósofo a causa de las inclinaciones nazis de su hermana Elisabeth, casada con un miembro de la SS. No obstante, la concepción nazi del Übermensch pretende hallarse más allá del bien y del mal, pero utiliza la violencia sin ningún valor ético, contrariamente al Übermensch de Nietzsche, que crea valores nuevos. 


Nietzsche sostenía, sobre todo, que cualquiera podía intentar ser un "Übermensch" y no sólo pocos individuos, como sostenía el nazismo. 
     

Períodos del pensamiento de Nietzsche

El pensamiento de Nietzsche suele distinguirse en tres períodos: 

Primer período: abarca desde sus estudios en Leipzig hasta 1877 y está representado básicamente por su obra "El Nacimiento de la Tragedia en el Espíritu de la Música", publicada en 1871. En ella, Nietzsche establece la distinción entre el espíritu apolíneo, que expresa el mundo como representación (artes plásticas), y el espíritu dionisiaco, que lo expresa como voluntad (música). Nietzsche exalta lo dionisiaco, que interpreta como encarnación de la voluntad de vivir, frente lo apolíneo, que representa la huida ante la vida. El ideal estético del espíritu dionisiaco es el drama wagneriano, el cual pone en escena la fuerza incontenible de la vida. 


Segundo período; en el que precisamente la ruptura de Nietzsche con Wagner es el hito que marca el tránsito del primero al segundo, va desde 1878 hasta 1882. Nietzsche reprocha a Wagner haber cedido, en su obra Parsifal, ante los ideales del cristianismo, intrínsecamente contrarios a las fuerzas de la vida. En este segundo período, Nietzsche se aparta de los ideales y maestros que había admirado hasta entonces, se muestra crítico hacía el arte y la metafísica y se vuelve hacía el positivismo naturalista de la ilustración, aunque sin caer en el culto al progreso. La obra central de este período es "Humano Demasiado Humano. Un Libro Para Espíritus Libres" (1878-1880), dedicado a Voltaire.


Tercer período; finalmente, el tercer período arranca el año 1882 con la publicación de su obra "Así Habló Zaratustra". Las doctrinas de este período parten de la concepción de la vida como dolor, lucha e irracionalidad, que había aprendido de Schopenhauer, pero rechazando la actitud de resignación ante ello. Nietzsche tenía la intención de presentar estas ideas en una obra sistemática que debía titularse "La Voluntad del Poder", pero no pudo terminarla. Esta obra fue publicada después de su muerte con las anotaciones que se encontraron entre sus papeles. 


Su filosofía es un vitalismo. Refleja tanto el espíritu de su época (en cuanto a su concepción dinámica de la realidad y de la energía interior del hombre como voluntad) como la admiración por el espíritu trágico griego, fruto de su formación intelectual. 

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